1981. El Secreto de las fotos
Excelente relato de Omar, uno de los integrantes de CEC 81, acerca de una fotos publicadas en el diario El Heraldo. Imperdible.
En tiempos tan tecnificados,
sucede que lo habitual –tecnológicamente hablando- se dé una vuelta de rosca y
se convierta en rutinario. Mensajes de celular, publicidades, correos
electrónicos, etc. se miran, pero –perdón por la disgregación- no se ven.
Últimamente, se me ha dado por “alargar” el día. Esto significa que el hoy ya
es mañana porque el reloj pisotea las primeras horas del día, pero la sensación
de fin la da el irse a dormir. Hallábame en el postrer ejercicio de dilatación
diaria cuando se me ocurre revisar mi correo. Hay uno “nuevo”. De Edgardo
Palauro. Para mayor precisión. Asunto: “deportes en el recuerdo” – Texto:
Iba a publicar estas fotos y los
nombres de los integrantes de cec 81 futuros ecu 82.
Está tu nombre por ahí. Tenés
alguna anécdota para comentar?
abrazo.
Edgardo.
Seguidamente 2 fotos del diario
El Heraldo del lunes 28 de septiembre de
1981…
A modo de aclaración: Edgardo
realiza hace varios años una labor encomiable recogiendo información que
“integre” –en un sentido estricto- todo tipo de información relativa a las
escuelas secundarias de Concordia desde los años 60. Hay una matriz obvia. Es
la Fiesta del Estudiante. Aunque ello no desmerece que también se rememore –en
sus sitios internautas- los festivos
reencuentros después de largos años de las distintas promociones. Todas estas
últimas se comienzan a visualizar hacia sus Bodas de Plata, pero los años
–inalterablemente- siguen su curso y la invitación a nuevos reencuentros hallan,
en la óptica de Palauro, motivo de destaque. Así que, motivado por el correo
indicado, mi pequeña pluma del escribir se despertó en las líneas que siguen. Y última aclaración. Edgardo es un “preso” de
alma contagiado del virus cósmico de la Técnica como miles de concordienses.
EL SECRETO DE LAS
FOTOS
¿Qué
contarte, Palauro? ¿Qué me quedé largos minutos –absorto- mirando las fotos?
Que se yo… Anécdotas hay, pero una foto tiene secretos ¿viste? Se me nubló la
memoria anecdótica –o por lo menos eso pareciera- porque me concentré en la foto,
en los rostros y en la lista de nombres. El cronista de la nota heráldica nos
destrozó nombres y apellidos, pero igualmente cada nombrecito (incluso los
olvidados en la nota del diario) fue un
timbreo interno…
Nobleza
obliga, Palauro. Lo primero que ví en la foto es mi figura. Flaca y desenfadada
(me la daba de rocker argento…). Mi cara tenía marcado el tránsito juvenil y
bullicioso. ¡Mis zapatillas Topper rojas
de lona! ¿Cómo olvidarlas, Palauro? Mi camperita de jean –gastadísima- comprada
con tanto sacrificio en Córner… “como a esas cosas que nunca se alcanzan”… ¿Viste Palauro? Tu correo me mezcla la bocha:
un rockerito que tantos años después no puede vivir sin el tango…, sin el
folclore tampoco. ¿Tanto significa una foto? Un manto silencioso me cubre un
instante. Me hablo a sí mismo: “Palauro quiere alguna anécdota Omar…” “¿Y qué
–no puedo creer…, me contesto solo-, acaso lo que escribo no es anecdótico?”
Sigo mirando. ¿Escribo?
Cerquita
mío –en la foto, digo- está Estela. Toda una vida juntos y un “casal” de hijos y
una nieta para justificar lo ancestral de la sangre que nos precede. “¡Omar,
anécdotas te piden!” “¡Dejame de joder!” Hago un ejercicio. Cierro los ojos y
cuento lentamente hasta diez. Por la fecha del diario –el
ejercicio sirvió de concentración- me doy cuenta que hacía una semana había
acontecido el mega día del 21 de septiembre de 1981. San Carlos, Club
Ferrocarril, Show Fantástico, Elección de la Reina… ¡tantas anécdotas! ¿Cuál
querés, Palauro? No. Ninguna diré, ¿o sí? Mejor vuelvo a la foto. “Omar, es
fácil. Nombrá a los que están en la foto, en la lista. Recordá y contá”. “¡De
ninguna manera!” “Ya es tarde…” ¿Y?” Tomo una decisión, Palauro. Te contaré
algo del mundo de la fotografía. Por eso el título, ¿viste?
No
nombraré a ninguno de las fotos. Corrijo. La nombré a Estela por obvias
razones. Convengo que la lista con los nombres ayuda. Pero es necesario aclarar
que algunos nombrados no están en la foto, o viceversa.
Se
me ocurre que mirar fotos –más cuando han transcurridos unos casi 38 años de
las mismas- es una especie de trabajo detectivesco. Ya dije que estoy solo y…,
bueno con esa vocecita interna que habla altiva, entonces mis recuerdos no se
contaminan con los posibles recuerdos de otros. En primer lugar –indago
pulcramente- podría asegurar que la foto fue tomada en el Club Ferrocarril.
¡Cómo no recordar las sillas de lata que se ven en las fotos! Apilables y que desparramábamos
para los vermouths por todo el club. El Ferro era como un hogar de tránsito.
Dos intensos años nos cobijó en reuniones con la Comisión Directiva del Club,
con los representantes de las bandas que se traían, con los siempre mal mirados
publicanos o recaudadores de Sadaic y de
la Municipalidad en las largas noches.
El referido
club también cobijaba a Hernán Bignasco y su “¡Hola, qué tal!”. El locutor
radial comandaba una especie de bailanta de aquella época que funcionaba en un
espacio que antiguamente fuera dedicado al teatro en el club. Me digo: una foto
me trajo ese recuerdo del Ferro y el bolicho bailable de Bignasco. Y en ese
recuerdo parece que escucho “En la Ribera” de la Bersuit… “Omar, Omar, te estás
yendo al carajo…”. “¡Qué hincha pelotas!”. Cierro. Comentan que algunos
muchachotes de la lista o fotos concurrían furtivamente al antro en pleno baile
de ECU. Comentan. ¡”Y cállate! “¿Quién?”
Prosigo. El
diario comenta nuestro entusiasmo. En 1982 seríamos ECU. Dejaríamos atrás la
“colimba” de haber sido CEC. Un recuerdo. Era tradición que los integrantes de
ECU y CEC disputáramos un partido de fútbol con notario tinte de clásico a capa
y espada. No recuerdo la cancha de la disputa fronteriza, pero doy por sentado
que ganamos porque –releo nombres de la nota- teníamos un par (o más) de
excelentes jugadores que jugaban en clubes de la ciudad. Podrá aparecer un
memorioso –innecesario para mi gusto- del ECU 81 diciendo lo contrario de lo
que afirmo. Confieso que hubo algunas riñas tramitadas bajo el imperio de la
denominada “pierna fuerte” entre ambas ONG juveniles. Es menester reconocer
–por lo menos de mi parte- que mi puesto en la defensa me permitió cierta
venganza hacia ciertos integrantes del círculo mandamás que nos supervisaron
ese año.
“Omar, si
podés, recordá el pedido de Palauro…”. Ejercitación obligada. Otra vez. Cerrar
los ojos y volver a contar. Esta vez en inglés. Abro los ojos y las dos fotos
me devuelven imágenes frescas. Mi yo ¿lejano? de una de las fotos me observa
desde todo ángulo posible. Descubro –básicamente- el efecto Mona Lisa. Tapo mi
imagen con el encendedor. El silencio…, es el resultado. Ahora sí, me dedico a
la “imagen”. Me dice mucho, pero percibo –en la observación- que no sé nada.
Mis ojos –como
un rayo- me transmiten aquellas imágenes de personas. Son varias. El
reconocimiento pausado de cada rostro (o nombre escrito) me lleva al presente.
Fulanas/os y menganas/os se dedicaron a la docencia. También descubro a quienes
rumbearon sus vidas hacia la abogacía, la medicina, la política. O simplemente
al mundo del trabajo. También están los que representan lo completamente
desconocido. Los que se fueron a algunos de los cuatro puntos cardinales del
mundo. Los que fueron pareja y los que se desparejaron. Adivino mi rictus de
goce. Me dan ganas de fumar, pero no quiero quitar el encendedor del lugar que
ocupa. Un frío sudor me evapora la
sonrisa. Recuerdo de aquel joven, de la muerte joven. En silencio nombro al
compañero con su mote y su apellido. Decido que el día ha terminado. El patio
de mi casa me abriga con sus primeras luces. Enciendo el cigarrillo postergado.
El humo me obliga a entrecerrar los ojos. Por unos segundos los mantengo así.
“La fotografía
es un secreto de un secreto”. La frase de Diane Arbus es lo último que
memorizo.
PD: “¡Palauro!, ¡Palauro! Soy yo.
El de la foto…, ji ji ji”
El relato es tal cual, sin sacarle una coma, por eso está en letra cursiva, de Omar Lagraña, profesor, investigador, poeta, que se yó. Siempre que nos encontramos, siento que tenemos las mismas pasiones.
Y por si fuera poco, también colabora Nestor Rodríguez, ya que me apuntó varios nombres que en el texto del diario, están cambiados.
Comercio 1: Mónica Lescano, Juan Sergio Roscopo, Miguel Angel Ragone, Sergio Gomez, Alejandro Ottogalli, Angel Giano, Luis Bravo, Federico Vera, Omar Lagraña, Omar Ramón Rastelli, Juan Marcelo Tricárico
ENET 1: Nestor Edgardo Dure, Edgardo Berón, Anibal Acevedo, Nestor Rodríguez, Omar Kueider, Cesar Urtiaga, Gustavo Sandri, Arturo Baraballe, N. Fagalde
Capuchinos: Antonio Salas, Luis Pons
Normal: Silvina Cicerone, Marcelo Barbas, Marina Rosa Guerra, Estela maria Robin, Silvina Beatriz Trusco, Enrique Federico Albors (futuro presidente ECU 82)
San José: Adriana Diaz, Ana Iribarren, Nilda Preill, Mercedes Trentin
BHM: Cesar Berta, Angeles Niez
ENET 2: Mirta Roldan, Elsa Harris, Graciela Migolla, Teresita Antonelli, Mabel Rossi, Sandra Negron, Maria Magdalena Perez, Lucrecia Aguero
Artes Visuales: Miriam Bren, Alejandra Franco
Bachillerato Agrotécnico: Jose Olaverri, Sergio Ramos
Comercio Ayuí: Jorge Mautone, Rafael Amiel
Nacional: Gustavo Rodriguez, Federico Romero, Lucio vallejos, otros
Mitre: obviaron los nombres.